lunes, 16 de abril de 2012

¡ESTÁ EN MARCHA LA ESPERANZA! : Breves comentarios sobre la Marcha Patriótica por la Segunda y definitiva Independencia.


Articulo escrito por el Grupo Estudiantil Barricadas para la Revista  "La Erradura" de  la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Javeriana

“Para el logro del triunfo
Siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios.”
Simón Bolívar
En el mundo actual soplan vientos de cambio: distintas expresiones sociales y populares  a lo largo y ancho de nuestro planeta se han movilizado en estos últimos años, bajo distintas banderas y diferentes contextos pero con un mismo sentir: no estamos en el mejor de los mundos posibles -con el pesar de  quienes profesan las tesis del libre mercado como única deidad-. Nos encontramos en una etapa en la que aquellos vientos que se han alojado en América latina, rememorando antiguas gestas independentistas aún inconclusas, nos plantean un reto descomunal a quienes pertenecemos a la generación del bicentenario.

En ese orden, surge la Marcha Patriótica y Cabildo Abierto por la Independencia como una de tantas expresiones de aquella alborada de cambio, cuya herencia se puede ver reflejada en dos vías, por un lado, las  voces no escuchadas de la independencia que al día de hoy abogan por esa tan anhelada segunda y definitiva. Por otra parte,  de la mano de  experiencias contemporáneas con proyectos de carácter patriótico, emancipatorio y alternativo, tales como el doloroso genocidio político de la Unión Patriótica y la persecución de otras fuerzas democráticas y de izquierda.

De esta manera, La marcha viene tomando cuerpo al calor de la conmemoración de los 200 años de lucha por la independencia, configurándose paulatinamente como un “movimiento político en constante movimiento”, donde se articulan las distintas iniciativas transformadoras y algunos sectores democráticos del país, en razón principalmente a la necesidad de configurar procesos alternativos desde donde sea posible pensarse un nuevo rumbo que dé respuesta a las distintas carestías existentes en la sociedad colombiana. En otras palabras,  la Marcha Patriótica constituye un escenario, un movimiento político y una plataforma desde donde se apuesta a la unidad del pueblo colombiano como elemento central en la consecución de la segunda y definitiva independencia.

Profundicemos un poco más en los tres elementos resaltados: instituye un escenario en la medida que representa para el pueblo colombiano un espacio de conjunción de las distintas fuerzas democráticas y de avanzada; se destaca como movimiento político dado los niveles de organización internos que habilitan la puesta en práctica de las distintas reivindicaciones; es una proclama que retoma las voces no escuchadas de la gran mayoría de colombianos y colombianas, impulsándolas a tomar las riendas de su propio destino.
 “Para ir delante de los demás, se necesita ver más que ellos”.
José Martí
Frente a esto y dada su naturaleza, la Marcha inscribe su horizonte de lucha en la consecución de un cambio social basado en la construcción de una verdadera independencia y la exaltación de valores humanistas que permitan abolir de nuestros suelos la explotación del hombre por el hombre. Para tal empresa, la Marcha se propone retomar la vocación del pueblo colombiano como constituyente primario a través de la consolidación de  Cabildos, Juntas, Consejos Patrióticos, y demás  escenarios idóneos para que sea el pueblo quien tome las riendas de su existencia, abordando la labor histórica de dirigir la sociedad a un mejor mundo donde impere la paz con justicia social.

Es entonces, en razón a esa tan anhelada paz con justicia social, es que la Marcha esgrime la imperiosa necesidad de aunar esfuerzos en la solución política al conflicto social, político y armado que tiene lugar en nuestro país, partiendo del reconocimiento certero de que tan solo la solución de los problemas estructurales que lo originaron, será el punto final de la violencia que durante más de seis décadas ha desangrado a nuestra patria. Bajo este horizonte, la paz con justicia social es asumida como producto de la realización de una política agraria integral que redistribuya el territorio nacional, donde sean devueltas todas las tierras y propiedades que han sido despojadas históricamente a nombre de diferentes poderes del orden establecido y conceda a los campesinos y campesinas los recursos, los medios y las técnicas para que continúen siendo pilar fundamental de nuestra sociedad.

De esta misma manera se destaca la importancia de garantizar los derechos de las víctimas del conflicto social, político y armado, velando ésta vez sí, por la verdad, la justicia y la reparación. En esta misma línea, se reconoce las diferencias étnicas y raciales, así como la defensa de las mujeres y la población LGTBI como elemento central en la construcción de una sociedad justa, respetuosa y equitativa. Se trata de cimentar palmo a palmo, hombro a hombro una sociedad donde todas y todos participen, donde desde la valoración de la diferencia sea posible una Colombia realmente soberana.

“Inventamos o erramos”
Simón Rodríguez
Asistimos a un momento histórico donde en Latinoamérica y en Colombia las voces de los sin voz vuelven a ser escuchadas, no por mérito de quienes detentan el poder, sino por el valor y la entereza de los pueblos  de Nuestra América que ante la ignominia de los “poderosos” han hecho valer sus sueños y sus esperanzas.



Desde el valor, las esperanzas y la dignidad, se inscribe la gesta iniciada por la Marcha Patriótica el 19, 20 y 21 de julio de 2010, cuando miles de colombianos y colombianas retomaron las banderas del pensamiento latinoamericano por la autodeterminación de estos suelos. Es por esto que nosotros, el Grupo Estudiantil Barricadas, reconociéndonos como un sector estudiantil de Marcha hemos venido trabajando en este espacio, en el que se nos permite desarrollar nuestro trabajo grupal con unas características especiales y a la vez poner en práctica nuestros conocimientos e intereses particulares en ámbitos nacionales respondiendo a las duras realidades cotidianas de nuestro país comprometiéndonos así, con la construcción de un modelo distinto de educación y de sociedad. De esta manera  queremos invitar a la comunidad javeriana (estudiantes, profesores, directivos y trabajadores) a ser torrente de cambio y parte de esta marcha por la esperanza.